En un mundo alternativo (para los fans de Fringe) Juan y María han podido ahorrar un dinerillo, y se plantean casarse. Para ello necesitan un hogar y un medio de transporte (un coche).
Después de analizar todos sus contactos y relaciones, han dado con un arquitecto de confianza que les va a hacer un proyecto de su casa a muy buen precio. Por lo visto está bien relacionado en el Ayuntamiento y puede reducir algo las esperas de licencia de obra y de la primera ocupación. Tienen también las referencias de dos constructores de la zona, que parecen honrados y eficaces. La previsión más optimista les sitúa en un plazo de 18 meses para estar habitando su casa.
Para fabricar el coche han recurrido a un ingeniero amigo del padre de María. Tiene mucha experiencia, pues no en vano ha realizado cientos de proyectos de coches. Todos sus clientes están muy satisfechos. Primero les va a presentar dos o tres bocetos de coches, y partir de uno de ellos irían depurando el diseño. La construcción del coche la realizaría uno de los tres constructores a los que han pedido presupuesto. Lo peor vendrá cuando tengan que pasar las interminables pruebas e inspecciones del Ministerio de Circulación. Estiman que podrán estrenar el coche cuando lleven uno o dos meses en su nueva casa, pues el plazo normal es de 20 meses (si no hay problemas, claro).
El precio: prácticamente el mismo para la casa y para el coche.
Pasamos ahora a otro mundo alternativo, paralelo y similar al de Juan y María.
En ese mundo son John y Mary los que van a formar un nuevo hogar. Esta tarde se han pasado por el polígono de su ciudad donde se concentran todos los concesionarios. Previamente habían hecho una selección mediante los catálogos accesibles desde internet. Para el coche lo tenían claro: les gustaban los Volvo, Honda y Opel. Han podido probar los tres modelos que les gustaban y se han decidido por el Volvo. El concesionario les ha dicho que la próxima semana tendrán el coche matriculado.
Para la casa van a tardar un poco más. De los cinco fabricantes que habían seleccionado previamente en internet, al final y después de visitar los concesionarios, se han quedado con dos finalistas: Rapidhomes y Besthouses. Los dos tenían unos modelos de casa que les han encantado. Uno de ellos era un precioso apartamento que quedaría ubicado en la parte intermedia de una torre de veinte plazas en el centro de la ciudad. Por el contrario, el modelo de Besthouses era una hermosa villa que se implantaría en una de las muchas parcelas que gestionaba el mismo concesionario en los distintos suburbios de la ciudad. Los dos concesionarios permitían la prueba de sus modelos, así que este fin de semana lo iban a pasar en el apartamento que Rapidhomes tenía en el mismo concesionario, y el próximo fin de semana lo pasarían en la villa que Besthouses tenía también en su más extenso concesionario. Una vez se decidieran, Rapidhomes les había dado un plazo de 15 días para montar el apartamento en la torre, ya con todo el papeleo resuelto. Sin embargo, Besthouses tardaría un poco más: hasta dentro de un mes y medio no podrían tener su casa, ya que una vez elegida la casa tendrían que elegir la parcela, y disponer sobre ella la cimentación y las acometidas.
Este "cuento" viene a cuento de la construcción offsite.
Por lo menos a mí, me resulta muy extraña la situación de Juan y María encargando a un ingeniero que les haga el proyecto de su coche y a un taller de su ciudad que se lo fabrique. Es extraño porque estamos muy acostumbrados a que los coches son desarrollados por "marcas" que fabrican enormes cantidades del mismo modelo. Al realizar cientos de miles de coches iguales en las cadenas de producción, los precios caen en picado si los comparamos con el absurdo sistema de buscar un ingeniero que te diseñe un coche y un taller que te lo fabrique.
La construcción offsite consiste en pasar una parte muy importante de la construcción de cualquier tipo de edificio a un fábrica. Las ventajas de este sistema son muchas:
- Reducción de plazos de ejecución.
Las estimaciones que se suelen hacer es que se reduce en un 50% el plazo de ejecución. Cuando hay días de lluvias o viento no hay que interrumpir el trabajo: mayor continuidad y menor plazo. Ni que decir tiene que esto supone un importante ahorro financiero.
- Mejora de las condiciones de trabajo.
No es lo mismo trabajar al aire libre, o con las corrientes que existen en un edificio en construcción sin carpinterías, que trabajar en el interior de una fábrica. La seguridad aumenta, y se reducen los riesgos de accidentes. El centro de trabajo siempre es el mismo (la fábrica) y no va variando de obra en obra. Las instalaciones de higiene y salud están mejor acondicionadas.
- Mejora de la calidad.
Es evidente que un proceso de fabricación en taller posibilita una mejor calidad y un mayor control que la ejecución de una obra insitu. No es que no se pueda ejecutar con una máxima calidad en la construcción tradicional: se puede, y de hecho se hace. Pero cuesta mucho menos llegar a una gran calidad si se trabaja en un taller.
- Reducción de precio.
Cuando un mismo proceso se repite una y otra vez, y se acaba estableciendo una cadena de montaje, los precios descienden considerablemente. El despegue de la construcción offsite vendrá por aquí. Seguramente a lo largo del siglo XXI se acabarán estableciendo unos fabricantes de viviendas similares a los de coches. Fabricantes que como Ford, Mercedes o Renault exportan sus modelos a todo el mundo. Las grandes tiradas de un mismo modelo abaratarán los precios de las casas, que en vez de costar diez veces más que un coche medio, costaran solo cuatro o cinco veces su valor.
De esto habría mucho que hablar. Hoy solo hacemos este apunte.
- Mejora de las condiciones de trabajo.
No es lo mismo trabajar al aire libre, o con las corrientes que existen en un edificio en construcción sin carpinterías, que trabajar en el interior de una fábrica. La seguridad aumenta, y se reducen los riesgos de accidentes. El centro de trabajo siempre es el mismo (la fábrica) y no va variando de obra en obra. Las instalaciones de higiene y salud están mejor acondicionadas.
- Mejora de la calidad.
Es evidente que un proceso de fabricación en taller posibilita una mejor calidad y un mayor control que la ejecución de una obra insitu. No es que no se pueda ejecutar con una máxima calidad en la construcción tradicional: se puede, y de hecho se hace. Pero cuesta mucho menos llegar a una gran calidad si se trabaja en un taller.
- Reducción de precio.
Cuando un mismo proceso se repite una y otra vez, y se acaba estableciendo una cadena de montaje, los precios descienden considerablemente. El despegue de la construcción offsite vendrá por aquí. Seguramente a lo largo del siglo XXI se acabarán estableciendo unos fabricantes de viviendas similares a los de coches. Fabricantes que como Ford, Mercedes o Renault exportan sus modelos a todo el mundo. Las grandes tiradas de un mismo modelo abaratarán los precios de las casas, que en vez de costar diez veces más que un coche medio, costaran solo cuatro o cinco veces su valor.
De esto habría mucho que hablar. Hoy solo hacemos este apunte.



