domingo, 28 de abril de 2013

La construcción off-site

En un mundo alternativo (para los fans de Fringe) Juan y María han podido ahorrar un dinerillo, y se plantean casarse. Para ello necesitan un hogar y un medio de transporte (un coche).

Después de analizar todos sus contactos y relaciones, han dado con un arquitecto de confianza que les va a hacer un proyecto de su casa a muy buen precio. Por lo visto está bien relacionado en el Ayuntamiento y puede reducir algo las esperas de licencia de obra y de la primera ocupación. Tienen también las referencias de dos constructores de la zona, que parecen honrados y eficaces. La previsión más optimista les sitúa en un plazo de 18 meses para estar habitando su casa.

Para fabricar el coche han recurrido a un ingeniero amigo del padre de María. Tiene mucha experiencia, pues no en vano ha realizado cientos de proyectos de coches. Todos sus clientes están muy satisfechos. Primero les va a presentar dos o tres bocetos de coches, y partir de uno de ellos irían depurando el diseño.  La construcción del coche la realizaría uno de los tres constructores a los que han pedido presupuesto. Lo peor vendrá cuando tengan que pasar las interminables pruebas e inspecciones del Ministerio de Circulación. Estiman que podrán estrenar el coche cuando lleven uno o dos meses en su nueva casa, pues el plazo normal es de 20 meses (si no hay problemas, claro).

El precio: prácticamente el mismo para la casa y para el coche.

Pasamos ahora a otro mundo alternativo, paralelo y similar al de Juan y María.

En ese mundo son John y Mary los que van a formar un nuevo hogar. Esta tarde se han pasado por el polígono de su ciudad donde se concentran todos los concesionarios. Previamente habían hecho una selección mediante los catálogos accesibles desde internet. Para el coche lo tenían claro: les gustaban los Volvo, Honda y Opel. Han podido probar los tres modelos que les gustaban y se han decidido por el Volvo. El concesionario les ha dicho que la próxima semana tendrán el coche matriculado.

Para la casa van a tardar un poco más. De los cinco fabricantes que habían seleccionado previamente en internet, al final y después de visitar los concesionarios, se han quedado con dos finalistas: Rapidhomes y Besthouses. Los dos tenían unos modelos de casa que les han encantado. Uno de ellos era un precioso apartamento que quedaría ubicado en la parte intermedia de una torre de veinte plazas en el centro de la ciudad. Por el contrario, el modelo de Besthouses era una hermosa villa que se implantaría en una de las muchas parcelas que gestionaba el mismo concesionario en los distintos suburbios de la ciudad. Los dos concesionarios permitían la prueba de sus modelos, así que este fin de semana lo iban a pasar en el apartamento que Rapidhomes tenía en el mismo concesionario, y el próximo fin de semana lo pasarían en la villa que Besthouses tenía también en su más extenso concesionario. Una vez se decidieran, Rapidhomes les había dado un plazo de 15 días para montar el apartamento en la torre, ya con todo el papeleo resuelto. Sin embargo, Besthouses tardaría un poco más: hasta dentro de un mes y medio no podrían tener su casa, ya que una vez elegida la casa tendrían que elegir la parcela, y disponer sobre ella la cimentación y las acometidas. 

Este "cuento" viene a cuento de la construcción offsite.

Por lo menos a mí, me resulta muy extraña la situación de Juan y María encargando a un ingeniero que les haga el proyecto de su coche y a un taller de su ciudad que se lo fabrique. Es extraño porque estamos muy acostumbrados a que los coches son desarrollados por "marcas" que fabrican enormes cantidades del mismo modelo. Al realizar cientos de miles de coches iguales en las cadenas de producción, los precios caen en picado si los comparamos con el absurdo sistema de buscar un ingeniero que te diseñe un coche y un taller que te lo fabrique.

La construcción de coches en serie iniciada por el señor Ford revolucionó para siempre el mundo.



La construcción offsite consiste en pasar una parte muy importante de la construcción de cualquier tipo de edificio a un fábrica. Las ventajas de este sistema son muchas:

- Reducción de plazos de ejecución.
Las estimaciones que se suelen hacer es que se reduce en un 50% el plazo de ejecución. Cuando hay días de lluvias o viento no hay que interrumpir el trabajo: mayor continuidad y menor plazo. Ni que decir tiene que esto supone un importante ahorro financiero.

- Mejora de las condiciones de trabajo.
No es lo mismo trabajar al aire libre, o con las corrientes que existen en un edificio en construcción sin carpinterías, que trabajar en el interior de una fábrica. La seguridad aumenta, y se reducen los riesgos de accidentes. El centro de trabajo siempre es el mismo (la fábrica) y no va variando de obra en obra. Las instalaciones de higiene y salud están mejor acondicionadas.

- Mejora de la calidad.
Es evidente que un proceso de fabricación en taller posibilita una mejor calidad y un mayor control que la ejecución de una obra insitu. No es que no se pueda ejecutar con una máxima calidad en la construcción tradicional: se puede, y de hecho se hace. Pero cuesta mucho menos llegar a una gran calidad si se trabaja en un taller.

- Reducción de precio.
Cuando un mismo proceso se repite una y otra vez, y se acaba estableciendo una cadena de montaje, los precios descienden considerablemente. El despegue de la construcción offsite vendrá por aquí. Seguramente a lo largo del siglo XXI se acabarán estableciendo unos fabricantes de viviendas similares a los de coches. Fabricantes que como Ford, Mercedes o Renault exportan sus modelos a todo el mundo. Las grandes tiradas de un mismo modelo abaratarán los precios de las casas, que en vez de costar diez veces más que un coche medio, costaran solo cuatro o cinco veces su valor.

De esto habría mucho que hablar. Hoy solo hacemos este apunte.





martes, 16 de abril de 2013

Los contenedores flotando a la deriva


El 26 de agosto de 2014 se cumplirán 60 años desde que Malcolm P.McLean inventó los que hoy conocemos como contenedores marítimos.

El desarrollo del contenedor ha sido exponencial, y cada año se mueven unos 500 millones de contenedores. El mercado global se mueve mayoritariamente en contenedores, y su utilización ha supuesto un gran adelanto en el transporte de mercancías.

Sin embargo el contenedor marítimo nunca ha tenido en cuenta la seguridad de los navegantes.

Cada año caen al mar más de 10.000 contenedores, y quedan flotando a la deriva. Son de acero y llegan a pesar 30 toneladas. En base a la relación entre peso máximo autorizado y volumen de los contenedores, es IMPOSIBLE que un contenedor marítimo de 20 ó 40 pies se hunda por sí solo. Su desplazamiento es mayor que su peso máximo. Si caen al mar, flotan sin remedio durante meses, porque están muy bien construidos y son casi herméticos. Pueden pasar meses o años hasta que entre agua suficiente como para hundirlo.

Son muchas las embarcaciones de pesca o de recreo que se han hundido tras chocar con un contenedor que estaba flotando. No todas las veces se ha rescatado con vida a los tripulantes. Una mole flotante de 30 toneladas supone un gravísimo peligro para una pequeña o mediana embarcación. El impacto contra ese obstáculo –muchas veces invisible por estar entre dos aguas- implica una enorme vía agua y el rápido hundimiento del barco.

Los edificios incorporan  caros y complejos sistemas contra incendios, que la mayoría de las veces nunca llegan a utilizarse: pero nadie duda de que son necesarios “por si” alguna vez ocurriera un incendio.

La mayoría de los coches nunca llega a utilizar los airbag o las estructuras deformables del chasis: pero nadie duda de que son sistemas necesarios “por si” alguna vez ocurriera un accidente.

¿Qué medidas de seguridad llevan los contenedores para el improbable caso de caída al mar?. Pues bien: el contenedor no lleva NINGUN SISTEMA para esos casos.

Y el “improbable caso” se cifra en 10.000 contenedores caídos al mar cada año.

Pero la culpa no es del contenedor: la culpa es de las normas que rigen los contenedores.

El convenio CSC que rige internacionalmente las normas de "seguridad" de los contenedores, se ha preocupado de muchos aspectos de la construcción y calidad de los contenedores, pero en ningún momento se ha planteado el riesgo que supone para los navegantes un container flotando sin control, y no ha establecido ninguna norma para evitar que los contenedores sean un peligro a los navegantes.

Desde luego que hay que poner los medios para que ni un solo contenedor caiga al mar. Pero si finalmente ocurre, y cae al agua un contenedor… EL CONTENEDOR DEBE HUNDIRSE RAPIDAMENTE!!.



¿Y es muy complicado conseguir que un contenedor que caiga al mar se hunda en un breve plazo? La respuesta es NO. No es complicado. Eso sí, hay que disponer unos sistemas de hundimiento. Si no saben cómo hacerlo, yo les diré cómo.

¿Y la contaminación? Pues la contaminación es igual o parecida. Partimos de la base de que el contenedor "ya ha caído al mar". El dilema no está entre "contenedor en el agua" o "contenedor fuera del agua". El mal ya está hecho, y lo que hay que procurar es evitar males mayores (naufragios de barcos). Al cabo de unos meses o años, el contenedor acabará sumergiéndose: el destino es el mismo. A no ser que acabe en una playa... Pero nadie discutirá que una vida humana está por encima de la dudosa probabilidad de que se rescate el contenedor si sigue flotando 12 meses en medio del pacífico.

En cualquier caso, los contenedores de mercancías peligrosas deberían quedar en lugar aparte. Esos contenedores con sustancias peligrosas deberían tener un sistema de posicionamiento que permitiera su localización y rescate, y nunca deberían llegar a hundirse. Pero la mayoría de los 10.000 contenedores que caen al mar no van cargados de uranio: llevan juguetes, baldosas, ordenadores o ropa de Zara. Nadie quiere que caigan al mar, pero si caen al mar lo mejor es que se hundan rápidamente.

Han pasado 60 años, y no se ha avanzado NADA en este sentido. Señores fabricantes y gobiernos varios: ¡a ver si espabilamos!

Como el tema lo merece, le he abierto su propio blog: 



viernes, 5 de abril de 2013

Los libros de texto versus tablets + genéricos

No es admisible que cada año o dos años, cambien los libros de texto.

No es admisible que un hermano no pueda "heredar" los libros que utilizó el hermano mayor, y que cada año haya que hacer un enorme gasto de muchos cientos de euros, para llenar con varios kilos de libros las mochilas de los estudiantes.

No es admisible porque los conocimientos no avanzan a esa velocidad: hoy día, en la educación escolar, un libro de texto puede tener una vigencia de 10 años, sin ningún problema. Las matemáticas, física, química, historia, dibujo, inglés, lengua, religión o conocimiento del medio, que estudia un escolar español de 2013, no han variado EN NADA desde 2003. Por lo menos, no han variado en nada que justifique una nueva edición y una nueva compra de libros por parte de los padres (o del Estado, que es lo mismo: a ver si nos vamos a creer que el Estado saca el dinero de la chistera).



Pero lo que desde luego es totalmente inadmisible es que no se haya implantado ya en todos los colegios e institutos la sustitución de los libros de texto de papel por tablets electrónicas. El precio de una tablet para uso escolar es muuuuuuuucho más bajo que el precio de las montañas de libros que las editoriales nos hacen comprar cada año.

Pero no solo eso: los textos, los contenidos, DEBERIAN SER GRATIS!!! Y cuando digo gratis, me refiero a que el papaito Estado debería producir unos "genéricos" (igual que en las medicinas) de las asignaturas más básicas y elementales. Unos textos "genéricos" para aprender a sumar, restar, escribir con una mínima corrección, saber donde está Sumatra y el desierto de Atacama, quién fue Azorín y qué individuo conquistó el imperio de los Incas, qué es eso de Newton y las leyes de la física, cómo se debe comer para no ponerse como Obelix y cómo hay que estirar los músculos antes y después de hacer deporte.

Todo, todo esto y mucho más, ya está en internet, a libre disposición de todo el mundo. Dime cualquier tema de cualquier asignatura, y te aseguro que en cinco minutos te lleno el navegador de páginas que lo explican con detalle. Y esos contenidos no cambian. La realidad es que lo que estudiaba yo hace 35 años era muy parecido a lo de hoy.

¿Tan difícil es que el Estado encargue a una docena de funcionarios especializados en sus temas, que se ocupen durante unos meses de preparar textos "genéricos" para alumnos de primaria, ESO y bachillerato?

Luego, cada colegio podría decidir si los textos elegidos son los "genéricos" gratuitos o los de la editorial de turno, que te cobra montón de euros por asignatura. Libertad absoluta: los que quieran seguir pagando a las editoriales, que lo hagan.

Y los genéricos en tablet, oiga. A ver si esos de la sostenibilidad nos dicen los miles de árboles que se evitarían talar cada año al cambiar los libros de papel por la tablet.

Así que, señores Ministros y amigo Rajoy: ¡Modernizarse, que estamos el el siglo 21!  ¡Fuera los libros reeditados cada año, y den entrada a las tablets y a los contenidos "genéricos"!

¡Espabilen ya!

(y dejen de hacer el juego a las editoriales)

miércoles, 3 de abril de 2013

HAZ KRIRRRRRRK! CON LAS LATAS: ES DIVERTIDO

A veces parece que más que pasar del siglo XX al XXI, hemos descendido al siglo XIX.

Es verdad que "la ciencia adelanta, que es una barbaridad", pero sigue habiendo cosas que deberían haberse modernizado y actualizado, y sin embargo seguimos como siempre.

Una de esas cosas es el modelo de lata de bebida. Las latas de bebida con solapita que usamos tanto (birras, cocas y phantas) tienen casi 50 años. Desde 1965 se han hecho más ligeras, y la apertura se ha modernizado un poco.

Sin embargo, una vez utilizadas las latas siguen siendo el mismo incordio que hace 50 años. Ocupan mucho, ruedan por los suelos de las carreteras (hay por ahí mucho marrano), y si las aplastas con la mano toman una forma desagradable y peligrosa.

¿Tan difícil es que las latas adopten una forma de fuelle, o de superficie en punta de diamante, para que una vez utilizadas se pueda hacer un delicioso krirrrrk!, y la lata quede comprimida?

Compañías de bebidas y fabricantes de latas: ESTAMOS EN EL SIGLO 21!!!!!!!


¡A ver si espabilamos!

Si el lector quiere apoyar esta propuesta, he abierto en Change.org una petición a CocaCola.

http://www.change.org/es/peticiones/director-general-de-coca-cola-espa%C3%B1a-d-fernando-amenedo-que-cambien-la-forma-de-las-latas-de-bebida-que-se-puedan-comprimir

Anímate y pide que cambien. Hacer krirrrrk será divertido.